Los hongos parásitos

Los hongos parásitos

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Armillaria mellea

Son los que se desarrollan sobre tejidos vivos, sea cual sea su origen. Dentro de estos, los que son capaces de crecer y desarrollarse sobre materia orgánica muerta, reciben el nombre de parásitos facultativos, lo que implica que este tipo de hongos es saprófito, aunque ecológicamente se comporten como parásitos.

Los hongos parásitos pueden ser parásitos biotróficos los que obtienen su sustento directamente de las células vivas y parásitos necrotróficos los que primero destruyen la célula parasitada y luego absorben sus nutrientes. 

Los hongos parásitos, a menudo causan daño sobre el hospedante en el que se desarrollan, recibiendo entonces el nombre de patógenos, en algunos casos por su virulencia llegan a terminar con la vida del hospedante y con la suya propia si se trata de un parásito obligado.

La mayoría de los macromicetos patógenos que atacan o pueden atacar y destruir los tejidos vivos de las plantas, pertenecen al orden Aphyllophorales y más concretamente a las familias Ganodermataceae, Steraceae y Polyporaceae. Es difícil separar biológica y ecológicamente a muchas de estas especies, ya que en ciertas condiciones críticas, o cuando han causado la muerte de su hospedante, siguen viviendo comportándose como saprófitos.

Ganoderma applanatum

Algunos atacan a las raíces y al tronco de los árboles a partir de una base saprofítica en el suelo, lo que quiere decir que la infección se produce a través del micelio, después causan progresivamente la muerte del hospedante y a continuación siguen viviendo como saprófitos.

Otro agarical que puede llegar a parasitar débilmente las raíces de los robles es Collybia fusipesaunque normalmente se comporta de forma saprófita.

                                              

Entre los hongos, en general, existen numerosos casos de parasitismo: se puede decir que todas las plantas pueden ser víctimas de hongos microscópicos, (grafiosis, tinta del castaño, diferentes tipos de chancros, etc.), en el ámbito forestal, y lo mismo se puede decir para los animales (mamíferos, reptiles, peces, insectos, etc.) que pueden ser atacados por numerosas especies de hongos que se desarrollan sobre ellos como parásitos obligados. Sin embargo, entre los macromicetos, que es el caso que nos ocupa, es poco frecuente el fenómeno del parasitismo, y cuando se produce lo hace casi exclusivamente en el mundo vegetal. A modo de excepción, se pueden mencionar algunas especies del género Cordyceps, que parasitan a diversas especies de larvas de lepidópteros entre las que podemos citar a la procesionaria del pino.

Como curiosidad vamos a resaltar la existencia de hongos que solo son capaces de completar su desarrollo parasitando a los cuerpos fructíferos de otros hongos. En concreto Xerocomus parasiticus solo fructifica sobre carpóforos del género Scleroderma y las distintas especies del género Asterophorasolo desarrollan su ciclo vital sobre diversos taxones del género Russula.

Los hongos parásitos, en condiciones de estabilidad biológica y ecológica, contribuyen a la mejora genética de la población sobre la que vegetan, seleccionando y eliminando a los individuos más débiles.

Fuente: http://www.amanitacesarea.com/guia_ecologia1.html

 

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